Prevención y control de las enfermedades no transmisibles (ENT)

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En América, las ENT causan cada año casi cuatro de cada cinco defunciones (79%), e inevitablemente esta cifra aumentará en los próximos decenios como consecuencia del crecimiento y el envejecimiento de la población, la urbanización y la exposición a los factores de riesgo. Las enfermedades cardiovasculares (38%), el cáncer (25%), las enfermedades respiratorias (9%) y la diabetes (6%) son las cuatro principales causas de muerte por enfermedad no transmisible. A medida que las personas envejecen, presentan una exposición más prolongada a posibles factores de riesgo, como:
• El consumo de tabaco,
• El consumo nocivo de alcohol,
• La actividad física insuficiente
• Hábitos alimenticios y alimentación poco saludables.
Como consecuencia, las personas mayores padecen múltiples trastornos crónicos. De acuerdo con un estudio general sobre las tendencias y proyecciones poblacionales de la Región por grupo etario que abarcó el período entre 1970 y el 2030, se calcula que para el 2030 la población en general se duplicará, principalmente debido al crecimiento de los grupos poblacionales de mayor edad: habrá 4,2 veces más personas de 60 a 79 años y 7,3 veces más personas de 80 años en adelante, lo que representa un aumento notable.

Es práctico tratar el tema de las ECNT en conjunto, ya que su prevención primaria es común. La importancia adquirida por las ECNTA, y las opciones concretas de prevención que presentan, las ubican como prioritarias, e indican que es urgente tomar acción para enfrentarlas. Esta prioridad se ve refrendada por los resultados de nuestros estudios sobre el tema, que demuestran que la prevalencia de los FR mencionados es muy alta en la población adulta del país, semejante a la de comunidades industrializadas cuando estas se encontraban en la misma etapa de transición epidemiológica hace 30 años, pero sin que Chile exhiba aún las altas tasas de mortalidad que aquellas comunidades tenían en ese momento. Por lo tanto, a no mediar una acción preventiva que modifique el nivel y perfil de estos FR, este país alcanzará en los años por venir estas mismas cifras realmente epidémicas.


Las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo en común

Las cuatro principales enfermedades no transmisibles
• las enfermedades cardiovasculares
• El cáncer
• Las enfermedades respiratorias
• La diabetes

Tienen los cuatro factores de riesgo común: el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, una alimentación poco saludable y la inactividad física. Estos factores de riesgo, a su vez, producen cambios metabólicos o fisiológicos importantes, como:
• La hipertensión
• El sobrepeso o la obesidad
• La hiperglucemia y el aumento del colesterol.

Las ENT afectan a todos los grupos de edad y a todas las regiones y países. Estas enfermedades se suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, aunque, los datos muestran que 15 millones de todas las muertes atribuidas a las ENT se producen entre los 30 y los 69 años de edad.

Más del 85% de estas muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y medianos. Niños, adultos y ancianos son todos ellos vulnerables a los factores de riesgo que favorecen las ENT,

  • como las dietas malsanas,
  • la inactividad física,
  • la exposición al humo del tabaco
  • o el uso nocivo del alcohol.

Estas enfermedades se ven favorecidas por factores tales como la urbanización rápida y no planificada, la mundialización de modos de vida poco saludables o el envejecimiento de la población. Las dietas malsanas y la inactividad física pueden manifestarse en forma de tensión arterial elevada, aumento de la glucosa y los lípidos en la sangre, y obesidad. Son los llamados "factores de riesgo metabólicos”, que pueden dar lugar a enfermedades cardiovasculares, la principal ENT por lo que respecta a las muertes prematuras.

Factores de riesgo y comportamentales modificables

Los comportamientos modificables como el consumo de tabaco, la inactividad física, las dietas malsanas y el uso nocivo del alcohol aumentan el riesgo de ENT. El tabaco se cobra más de 7,2 millones de vidas al año (si se incluyen los efectos de la exposición al humo ajeno), y se prevé que esa cifra aumente considerablemente en los próximos años.

Unos 4,1 millones de muertes anuales se atribuyen a una ingesta excesiva de sal/sodio. Más de la mitad de los 3,3 millones de muertes anuales atribuibles al consumo de alcohol se deben a ENT, entre ellas el cáncer. Unos 1,6 millones de muertes anuales pueden atribuirse a una actividad física insuficiente. 

Factores de riesgo metabólicos

Los factores de riesgo metabólicos contribuyen a cuatro cambios metabólicos fundamentales que aumentan el riesgo de ENT:

el aumento de la tensión arterial;

el sobrepeso y la obesidad;

la hiperglucemia (concentraciones elevadas de glucosa en la sangre); y la

hiperlipidemia (concentraciones elevadas de grasas en la sangre). En términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo metabólico es el aumento de la presión arterial (al que se atribuyen el 19% de las muertes a nivel mundial), seguido por el sobrepeso y la obesidad y el aumento de la glucosa sanguínea.

Consumo nocivo de alcohol
El consumo nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 trastornos de salud. La mayor parte de estos trastornos son enfermedades no transmisibles, entre las cuales se encuentran distintos tipos de cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la cirrosis hepática. En el grueso de las enfermedades y lesiones causadas por el alcohol hay una relación dosis-efecto: a mayor consumo, mayor riesgo de que haya una consecuencia negativa.
Actividad física insuficiente
En los adultos, la actividad física regular reduce el riesgo de sufrir cardiopatías isquémicas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, y cáncer de mama y de colon. La actividad física habitual es un determinante del gasto de energía y, junto con la alimentación saludable, puede repercutir en el control del peso y la prevención de la obesidad. La evidencia disponible también indica que existe una relación positiva entre la actividad física y la salud cardiorrespiratoria y metabólica de la población infantil y joven. Se estima que la mayor parte de los niños, adolescentes y jóvenes que acumulan un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa podrán obtener beneficios para su salud.
Consumo de sodio o sal
La hipertensión y las enfermedades cardiovasculares están asociadas con mayor consumo de sodio o sal en la alimentación. Un nivel alto de consumo de sodio o sal contribuye a causar aproximadamente 30% de los casos de hipertensión (9, 10). La OMS recomienda reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos/día (equivalente a 2 gramos/día de sodio) para reducir la presión arterial y el riesgo de padecer cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares.
Consumo de tabaco
El consumo de tabaco es un factor de riesgo común de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. También tiene una relación de causalidad con muchas otras enfermedades y efectos NEGATIVOS PARA LA SALUD.
Hipertensión
La tensión arterial alta, que se conoce comúnmente como «hipertensión», sigue teniendo una repercusión negativa en la mortalidad y en la aparición de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles, tanto a nivel mundial como en la Región de las Américas. La hipertensión no controlada puede causar accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio, insuficiencia cardíaca, demencia, insuficiencia renal y ceguera. De todas las enfermedades relacionadas con la tensión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares generan la mayor carga. Si se le hace frente, se evitarán muchas enfermedades, discapacidades y muertes.
Hiperglucemia y diabetes
La hiperglucemia es un efecto común de la diabetes no controlada; con el transcurso del tiempo, puede provocar daños graves en los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, y aumentar el riesgo de padecer infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares El aumento en la prevalencia de diabetes puede explicarse como resultado del crecimiento y el envejecimiento de la población, el aumento de la prevalencia específica según la edad o una combinación de estas dos tendencias. Se cree que los factores de riesgo relacionados con el sobrepeso y la obesidad, junto con la actividad física insuficiente, causan una parte importante de la carga de la diabetes.
Sobrepeso y obesidad
La obesidad aumenta las probabilidades de presentar diabetes, hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, apnea obstructiva y osteoartritis. También afecta negativamente la función reproductiva. De hecho, la relación entre obesidad, resultados de salud desalentadores y mortalidad general está bien establecida. La obesidad (IMC ≥ 30 kg/m2) plantea un problema de salud grave en toda la Región de las Américas. En el 2014 la prevalencia en el continente alcanzó un nivel más de dos veces mayor que el promedio mundial (26,8% frente a 12,9%); en las mujeres (29,6%) la prevalencia es mayor que en los hombres (24,0%). Los países del continente con la prevalencia más alta son Bahamas (36,2%), Estados Unidos (33,7%), Canadá y México (28,0%), y Chile (27,8%).

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